El sitio de Ruben: ¿Qué es montaña?

MONTAÑA. Un término que para la mayoría de los mortales simboliza algo lejano, algo ajeno, algo prescindible. Una palabra desapercibida, sin ningún tipo de interrelación con uno mismo.

Si tomamos prestadas las palabras del prestigioso diccionario de la RAE para satisfacer nuestra sed de encontrar respuestas, y en este caso, para comprobar de primera mano la definición del término que nos compete, montaña, nos encontramos con lo siguiente: “gran elevación natural del terreno”. En efecto, se puede apreciar una síntesis significativa del significado de dicha palabra, una síntesis que desde mi humilde opinión carece de algo fundamental, algo que muchos llaman “esencia”. Como vemos, el término montaña se reduce banalmente a algo carente de fuerza, de atracción y de sentimientos. Un algo con el que un notable porcentaje de la población parece sentirse identificado, sin estar dispuestos (aunque estén en su justo derecho) a dar un pasito más y poder así conquistar esa esencia de la que parece privarnos la definición de líneas atrás, una definición que brilla por sus numerosas lagunas descriptivas. Y es que el término montaña, para los que estamos familiarizados con él, implica un sinfín de sentimientos, de ideas, de pensamientos y, en definitiva, de una radiante esencia. Montaña significa esfuerzo, necesidad de superarse asimismo, de vencer las propias limitaciones físicas y psíquicas que nos impone nuestra propia naturaleza como seres; de ser capaces de ir más allá de lo que nuestras piernas y nuestra cabeza parecen querer detener. Montaña significa disfrute, contemplar el mundo desde una perspectiva diferente, una perspectiva fuera de lo normal y, porqué no, una perspectiva excepcional. Montaña significa fuerza, poder comprobar de primera mano las maravillas que la naturaleza nos brinda gratuitamente, maravillas que en una escala de importancia, si se me permite el símil con el mundo del cine, ocupan un mero puesto de actor figurante, algo figurativo. Montaña significa vida, adentrarse en el hábitat de especies naturales, tanto animales como vegetales, apreciar sus peculiares costumbres, enamorarse de sus formas, colores y sonidos. Montaña significa compañerismo, aplicar fielmente conceptos como ayuda, empatía y respeto, los cuales parecen haber caído en el olvido en la baja altitud. En conclusión, montaña significa muchas cosas, como hemos visto. Partiendo de la definición de la RAE, he intentado complementar este concepto con mis propias experiencias, pensamientos e ideas y, sin embargo, aún parece estar incompleto, aún parece necesitar algo “más” que complete su significado. Y es que una costumbre a la que nos tiene acostumbrados esa “gran elevación natural del terreno” es la de sorprendernos en cada ascensión, en cada descenso, en cada mirada, en cada paso. Por tanto, y al igual que ocurría con la definición de la RAE, cualquier posible definición o descripción por mi parte, o de cualquiera que comparta mi afición, estará siempre incompleta, siempre precisará alguna idea más, porque la montaña no es algo estático ni algo inerte, sino que progresivamente nos irá mostrando su esencia, nos irá embaucando con su inconmensurable belleza y su perfecta grandiosidad, pero siempre, y repito, siempre tendremos algo nuevo que descubrir. Y es que la montaña, ni la RAE, ni yo, ni nadie puede describirse con palabras, porque por mucho que nos empeñemos, la montaña es algo INDESCRIPTIBLE, y esto será así hasta el fin de los tiempos, de ello si puedo estar seguro.

Nos vemos en las cumbres…